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El gato (Felis catus) representa junto al perro, los animales de compañía más importantes y distribuidos a nivel mundial. La reproducción del gato es uno de los aspectos que despierta mayor interés para los dueños y criadores de estos animales. Además, los gatos son considerados como una especie introducida que causa gran daño en la fauna local de muchas regiones del planeta, por lo que conocer las características de su reproducción, puede ayudar a controlar las poblaciones de estos animales.
El gato es un animal de compañía que ha acompañado al ser humano por siglos y proviene del gato silvestre de oriente medio (Felis silvestris lybica), que fue domesticado hace alrededor de 4000 años por los egipcios. Actualmente, estos animales han generado gran interés no solo como animales de compañía, sino como modelo de diversas características de otros félidos silvestres. A pesar de considerarse animales domésticos, los gatos son cazadores especializados y voraces que muestran una gran actividad nocturna.
Al igual que otros felinos, en la reproducción del gato, las hembras exhiben un ciclo poliéstrico estacional. Esto significa que durante una estación reproductiva, las hembras pueden tener varios ciclos estrales, a menos que estos se interrumpan por preñez o enfermedad. Asimismo, la ovulación puede darse de manera espontánea o por inducción durante la cópula. En el siguiente artículo abarcamos algunos de los aspectos más importantes de la reproducción de los gatos.
Ciclos en la reproducción del gato
El inicio de la reproducción del gato varía de acuerdo al sexo. En estos animales las hembras alcanzan la madurez sexual antes que los machos. La mayoría de las gatas alcanzan la edad reproductiva entre los 5 y 9 meses de edad. Esta característica varía según diversos factores como la raza, época en que ha nacido y algunas medidas morfométricas como el peso.
Se ha descrito que en países con estacionalidad marcada, las hembras nacidas en invierno maduran sexualmente más temprano que aquellas nacidas durante el verano. En los machos de gato doméstico, la madurez sexual es alcanzada entre los 7 y 10 meses de edad, lo cual depende también de algunos factores determinantes como el peso, así como el estado de salud general.
Ciclo estral
En la reproducción del gato, el ciclo estral de las hembras tiene una duración promedio de 5 a 7 días y se divide en varias fases conocidas como proestro, estro, diestro, interestro y anestro. El proestro es la fase más breve, pues puede durar entre 12 horas y dos días y es cuando ocurre la actividad folicular, con la producción de estrógenos. Durante esta etapa se registran cambios citológicos en la vagina, que conforman la preparación para el apareamiento y la preñez. El comportamiento de la gata en esta etapa suele ser afectuoso y poco agresivo.
La fase del estro tiene una duración promedio de 6 a 10 días. Se caracteriza por ser la etapa de mayor producción y liberación de estrógenos, lo que provoca algunos cambios en el comportamiento como aumento de las vocalizaciones, lordosis (curvatura de la columna hacia dentro) y posición lateral de la cola. Mediante este comportamiento, la hembra comunica al macho que acepta la cópula. El estímulo coital promueve la producción de la hormona luteinizante (LH) que a su vez, provoca la ovulación.
Se ha demostrado que aunque la hembra no se aparee, de igual manera puede ovular de forma espontánea. Sin embargo, aunque no ocurra la cópula, la hembra debe estar en presencia de un macho para que esto ocurra. Si la hembra no se aparea ni presenta ovulación espontánea, entra en la fase de interestro, que es la etapa intermedia entre dos estros y puede durar entre 7 a 10 días.
La fase de diestro ocurre si la hembra desarrolla un cuerpo lúteo funcional, además de secreción de progesterona. Esto ocurre cuando hay ovulación pero no ocurre el apareamiento, por lo que los óvulos no son fecundados. Esta etapa también se conoce como pseudogestación y puede durar entre 25 y 45 días, tras lo cual ocurre el interestro.
Finalmente, el anestro o ausencia de estro, ocurre en animales que tienen acceso limitado a luz solar y se caracteriza por niveles elevados de melatonina y prolactina. Debido a esto, la reproducción del gato es un aspecto muy relacionado al fotoperiodo, sobre todo en aquellas regiones del mundo que pasan por periodos prolongados sin luz solar. Esto ha marcado cierta estacionalidad en la reproducción del gato, que suele reproducirse con mayor frecuencia durante el verano, cuando las noches son más cortas y hay menos producción de melatonina.
Monta y gestación en la reproducción del gato
El éxito en la reproducción del gato está estrechamente relacionada con el número de cópulas o montas, pues para que las hembras entren en ovulación deben aparearse al menos una vez. Esto se debe a que el estímulo de las espículas del pene, en las paredes vaginales, producen un incremento de las señales neuronales que promueven la actividad de la región medio-ventral del hipotálamo, donde se produce la hormona GnRH. Esta a su vez desencadena la liberación de LH y la ovulación.
Este mecanismo garantiza que los machos que se aparean con la hembra tengan mayor probabilidad de fecundarla. Debido a que las hembras pueden ovular múltiples veces durante su ciclo, es capaz de gestar crías de diferentes machos en una sola camada. El comportamiento de la gata preñada es muy incierto, pues depende de la personalidad propia del animal. Las gatas que son muy sociables, suelen volverse más cariñosas, mientras que otras tienden a aislarse, además de tornarse más ariscas y agresivas.
Otros signos de preñez incluyen un agrandamiento y ligero cambio de coloración en las mamás, además de la hinchazón de la región ventral, que puede notarse tras la tercera semana de gestación. En la reproducción del gato, la gestación puede durar entre 62 a 70 días, aunque este periodo varía según la raza, estado de salud de la hembra gestante y el número de crías de la camada. El número de crías por camada puede ser entre 1 y 8, lo que depende del tamaño de la hembra y los cachorros.
Comportamiento reproductivo
El comportamiento durante la reproducción del gato puede ser muy variable entre los individuos. Las hembras que se encuentran en periodo de celo suelen exhibir comportamientos sumisos y frotarse frecuentemente con objetos y otros animales. Por su parte, los machos pueden detectar hembras en celo a varios kilómetros de distancia y, cuando lo hacen suelen volverse territoriales y agresivos con otros machos. Asimismo, los machos suelen marcar su territorio frecuentemente con orina y secreciones de glándulas odoríferas ubicadas en patas, mejillas y ano.
Cuando los machos compiten por el derecho a copular con una hembra, suelen darse enfrentamientos violentos que pueden terminar en lesiones graves. En la reproducción del gato, la hembra suele mostrarse asertiva con cualquier macho disponible. Una vez que comienza la reproducción, la hembra suele mostrar un poco de resistencia, tras lo cual el macho la muerde en la región dorsal para inmovilizarla. El apareamiento puede durar entre varios minutos a varias horas, en las cuales la pareja copula múltiples veces.
Una vez que el periodo de gestación ha culminado y la hembra se acerca al alumbramiento, esta tiende a apartarse de sus cuidadores y otros animales, además de buscar un lugar aislado y seguro. Mientras más se acerca el momento del parto, la hembra se vuelve más inactiva. Las hembras pueden parir entre 1 y 10 cachorros, en intervalos de entre 10 minutos a una hora. En algunos casos, cuando la camada es muy numerosa, las hembras pueden tener una pausa de horas entre el nacimiento de algunas crías.
El cuidado de las crías depende completamente de las madres. Los cachorros nacen con pelaje y con poco desarrollo de la vista y oídos. Usualmente, las hembras son muy protectoras con sus cachorros y los cambian frecuentemente de lugar, lo cual es un comportamiento intuitivo para evitar depredadores. Las hembras amamantan a los cachorros por alrededor de un mes, tras lo cual comienzan a ingerir alimentos sólidos.
Tema relacionado con mascotas: reproducción de los hámster
Referencias
- Hart, B. L., & Hart, L. A. (2013).
- Sanchez, A. E., & Silva, M. E. (2002).
- Stornelli, M. A. (2007).
- Turner, D. C., Bateson, P., & Bateson, P. P. G. (Eds.). (2000).