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Se conocen como lagartos a un conjunto de reptiles escamados del orden Squamata que conforman el suborden Lacertilia. Este grupo se encuentra conformado por una diversidad de lagartos que, junto a las serpientes, comprenden alrededor del 95% de especies de reptiles descritos en la actualidad. Estos animales exhiben una gran diversidad en cuanto a su morfología, tamaño y hábitos ecológicos. La reproducción de los lagartos, así como muchos otros aspectos de su desarrollo, se encuentran vinculados directamente con la especie de lagarto y las regiones en las que habitan. El tiempo que tarda en nacer un lagarto y el número de crías de las hembras, son características ligadas a cada especie y a su entorno ambiental.
En la reproducción de los lagartos se pueden encontrar especies ovíparas y ovovivíparas, es decir, que algunas especies ponen huevos que se desarrollan en un nido, mientras que en otras los huevos se desarrollan y eclosionan dentro de las hembras, de manera que estas dan a luz a pequeñas crías bien formadas.
El cortejo y selección de parejas es otro aspecto muy variante. Algunas especies son polígamas mientras otras se reproducen de forma asexual por medio de la partenogénesis, es decir, que un solo individuo produce descendencia sin necesidad de tener una pareja sexual. La partenogénesis ocurre generalmente cuando uno de los sexos en determinada población de lagartos es poco abundante o está ausente por completo.
La reproducción en los lagartos tiene muchas estrategias adaptativas que varían entre las diferentes especies. Algunas especies tienen maduración reproductiva temprana, corta expectativa de vida y alta fecundidad. Por otro lado, otras especies viven por varios años como adultos reproductivos, tienen puestas pequeñas y pocas veces por estación.
Las estrategias reproductivas de una especie o conjunto de especies están determinadas por un conjunto particular de condiciones ambientales y, como resultado de esto, surgen entonces un conjunto amplio de adaptaciones en la historia de vida de una especie determinada de lagarto. Todas las especies de lagartos se reproducen en aquellos momentos en que las condiciones ambientales son favorables para la supervivencia de la progenie y, además, en la época en que los recursos son abundantes y aportan los máximos beneficios. Dichas condiciones adecuadas difieren para las especies que habitan en regiones tropicales y aquellas que viven en regiones templadas.
Por ejemplo, para las especies que viven en regiones templadas, las variaciones de temperatura y el fotoperiodo a lo largo del año determinan un ciclo reproductivo altamente estacional, en comparación con las especies de lagartos presentes en climas tropicales, algunas de las cuales tienen reproducción continua.
Características y tipos de reproducción de los lagartos
Gran parte de los lagartos presentan dimorfismo sexual, lo que indica que ambos sexos son fácilmente reconocibles debido a variaciones de tamaño, coloración y comportamiento. El ciclo reproductivo de muchas especies es aún desconocido, sin embargo, algunas características se encuentran bien estudiadas como el tiempo en que tardan en desarrollarse los embriones, que varía entre un par de meses hasta 4 a 6 meses de incubación. Generalmente los lagartos de menor tamaño llegan más rápido a la madurez sexual que las especies de mayor tamaño. El tiempo promedio en que los lagartos llegan a la adultez varía entre 1 a 3 años dependiendo de la especie.
En los lagartos encontramos los dos tipos de reproducción: sexual y asexual.
Sexual
El tipo de reproducción de los lagartos más común es la sexual, donde se requiere una pareja de un macho y una hembra para generar la descendencia. La mayoría de especies de lagartos se reproduce de esta forma, y consiste en la fertilización interna del gameto femenino. Esta característica es un aspecto relativamente innovador en los vertebrados, los cuales han colonizado por completo el medio terrestre y no requieren del medio acuático para la reproducción como en el caso de los anfibios. Esto se debe al huevo llamado amniótico, que se compone de una capa (amnios) que protege al embrión de la desecación.
En este tipo de reproducción, generalmente los machos se aparean con varias hembras, para asegurar su éxito reproductivo y la producción de descendencia. En algunas ocasiones, las hembras se aparean también con varios machos, sobre todo en los casos en que la hembra posee una cavidad especial donde almacena el esperma de varios machos, que luego puede ser usado para fertilizar a sus gametos. Las hembras de lagartos suelen tener picos reproductivos en determinadas épocas, sobre todo durante la primavera y otoño, aunque en general, pueden reproducirse durante todo el año. Esta estacionalidad es mucho más evidente en especies que habitan climas templados, ya que el ciclo reproductivo de los lagartos que viven en el trópico y sub-trópico se lleva a cabo de forma continua.
La reproducción sexual en los lagartos da como resultado individuos diploides, es decir, que poseen dos juegos de cromosomas en cada célula somática. En algunas especies, se ha observado que las hembras pueden producir descendencia sin la presencia de un macho, lo que podría confundirse con reproducción de los lagartos por partenogénesis. Sin embargo, se trata de especies que presentan ciclos reproductores asincrónicos, donde el apareamiento y la fertilización del gameto femenino ocurren en tiempos distintos, debido a que los espermatozoides depositados por el macho durante la cópula permanecen almacenados en un sistema de túbulos formados por pliegues en el canal vaginal. De esta forma, las hembras pueden disponer del esperma para producir la descendencia hasta 200 días después de la cópula, como es el caso del camaleón Chamaeleo hoehnelii.
Asexual
La reproducción asexual de los lagartos ocurre por partenogénesis y se encuentra restringido a las hembras. Este tipo de reproducción se presenta en aproximadamente ocho (8) familias del suborden y ocurre gracias a que las hembras de los reptiles son las que poseen tanto cromosomas masculinos como femeninos, al contrario de los mamíferos, donde son los machos quienes poseen ambos cromosomas (XY). En la partenogénesis, los gametos se desarrollan sin que exista reducción en la ploidía, produciendo generalmente individuos idénticos a la madre, que se conocen como clones.
La reproducción asexual de los lagartos, en la mayoría de las especies que la presentan, ocurre como respuesta a una escasez de machos en la población. Un ejemplo puede observarse en el dragón de komodo Varanus komodensis, la especie de lagarto más grande actualmente. En esta especie se ha observado que la hembra es capaz de auto-fertilizarse y procrear descendencia, los cuales son todos machos que pueden aparearse con las hembras cuando llegan a la madurez sexual. Esta característica resulta una ventaja evolutiva muy importante en estos animales, que permite a la especie sobrevivir, a pesar de no producir una diversidad genética tan grande en las poblaciones, como ocurre con las especies con reproducción sexual.
Por otro lado, existen especies que se reproducen solo mediante la partenogénesis, es el caso del género Aspidoscelis, cuyas poblaciones se componen exclusivamente de hembras. En las especies de este género, al igual que en otros lagartos unisexuales, existe cierto grado de variabilidad genética, es decir, que los descendientes no son necesariamente idénticos genéticamente a sus progenitoras. Esto ocurre gracias a varios mecanismos como la recombinación de cromosomas hermanos durante la meiosis y la mutación genética, que permiten producir cierto grado de variabilidad en la población de lagartos. Además, estas especies suelen tener bastante sensibilidad a los factores ambientales, por lo que la epigenética también tiene un papel fundamental en la población genética de estos animales.
Reproducción de los lagartos ovovivíparos
Dentro de los lagartos que tienen reproducción sexual encontramos especies ovíparas y ovovivíparas. La reproducción de los lagartos con ovoviparidad es similar a aquellos que colocan huevos. A pesar de esto, la diferencia entre ambos radica en que la ovoviparidad aumenta el tiempo en que las crías permanecen dentro de la madre (oviducto). Las crías continúan su desarrollo dentro de la madre alimentándose de los sacos vitelinos (lecitotrofia) o se alimentan a través de la madre (placentotrofia).
Esta estrategia, presente más frecuentemente en lagartos de zonas templadas, garantiza la supervivencia de un mayor número de crías y, además, permite a la madre regular la temperatura de los embriones en desarrollo a través de la ectotermia, manteniendo en general una temperatura óptima debido a que la madre puede desplazarse a aquellos lugares con condiciones favorables. Otra ventaja de este sistema reproductivo es que los huevos se encuentran mejor protegidos de los depredadores, lo que no ocurre en los lagartos cuya reproducción consiste en depositar los huevos en una o varias nidadas.
Reproducción de los lagartos ovíparos
La reproducción de los lagartos ovíparos da como resultado la puesta de uno o más huevos por parte de la hembra. En estos casos, el proceso de embriogénesis dentro de la madre es mucho más corto, y estas se encuentran dotadas con glándulas especiales que depositan calcio y otros componentes sobre las membranas extraembrionarias, para formar el cascarón que protegerá a los embriones hasta que estos se desarrollen por completo.
El ciclo reproductivo de los lagartos ovíparos se encuentra limitado a algunas estaciones del año, ya que la supervivencia de los huevos está relacionada con las condiciones ambientales. Estas especies, además, se encuentran en latitudes más bajas que sus parientes ovovivíparos, pues ocupan climas tropicales con temperaturas más o menos estables.
El comportamiento de las hembras, en la reproducción de los lagartos ovíparos, determinan no sólo la supervivencia, sino algunas características de sus descendientes como el sexo de los mismos. En estos animales, algunas variables ambientales, como la temperatura a la cual son incubados los huevos, determina el sexo de las crías. Los huevos encubados a una temperatura más alta dan como resultado a individuos machos, mientras que las hembras son producidas a menor temperatura. Además, las hembras pueden depositar a sus huevos de una sola vez en un solo nido, o pueden colocar varias nidadas para aumentar el número de crías sobrevivientes y variar el sexo de sus crías, al elegir nidos con diferentes temperaturas.
Si bien la reproducción de los lagartos ovíparos presenta mayores requerimientos ambientales y algunas desventajas como la desprotección de los huevos, este tipo de reproducción presenta un menor costo energético para las hembras, que pueden reproducirse un mayor número de veces.
Referencias
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